Parece mentira que ya no vayas a estar con nosotros nunca más, para esto dame tiempo aita, no me metas prisa, como cuando me decías que no dejara para mañana un reportaje para “nuestro” El Social. Me da la sensación de que estás en uno de tus viajes a Sevilla o Málaga y que aparecerás de un momento a otro. Qué tontería, ¿verdad?.
Te hubiese encantado estar el miércoles con todos los tuyos porque se que te gustaba y es una de las miles de cosas que me has enseñado. “Cosas no, hija”, me dirías, “busca la palabra adecuada para cada ocasión”. ¿Ves como me acuerdo? Me enseñaste también a saludar a todos los que conozco y presentarme a los que no, y lo he intentando, pero reúnes a tanta gente que no se si he podido hacerlo con todos.
Me inculcaste valores, como a respetar a los que no piensan como nosotros, que ante todo somos personas y esa es la base para lograr una convivencia en paz. No te preocupes aita, que aunque no todos lo entiendan, yo lo tendré siempre presente.
Me enseñaste lo que es la curiosidad, las ganas de aprender y de conocer lugares nuevos. Cuántos viajes hemos hecho. Recuerdo con especial cariño el tour por Europa que hicimos los cuatro en coche. Visitamos Berna, la capital de Suiza, entre otros lugares, y me quedé prendada de aquella pequeña ciudad, algún día volveré para bañarme en la aguas del río Aar. Antes también recorrimos Bretaña (Francia). Te he dejado una foto de aquel viaje para que no te olvides de nosotros y nos puedas tener presentes siempre que quieras.
Me encantaba cuando volvíamos de alguna excursión, te perdías por alguna carretera y decías “vamos a ver a dónde lleva esto”. Dábamos curvas y más curvas, vueltas y más vueltas, yo resoplaba y me quejaba “jo aita, ¡me mareo y quiero llegar a casa!”. Después llegábamos a casa y sin quitarte los zapatos encendías el ordenador y entrabas en Google Earth a curiosear. En fin, gracias a ti conozco mi país, no tanto como tú pero seguiré curioseando junto a Sergio que en eso se parece mucho a ti. Ah! me dice que te estaba esperando para que le enseñaras los sitios a donde ibas a buscar hongos, pero te has llevado el secreto contigo.
Me enseñaste a ser rojiblanca hasta los huesos. Recuerdo cuando nos llevabas a Jon y a mi a San Mames. Jon observaba el partido en silencio, tu comentabas las jugadas con los de alrededor y gritabas “árbitro penalti!!!!” cuando alguna falta no estaba clara. Yo de mientras, sin entender mucho de fútbol, me volvía loca por Julen Guerrero. Hace años empezamos a ir por nuestra cuenta y dejaste de sufrir en el campo, te quedabas en casa y esperabas nuestra llamada con el resultado final del partido. Ahora no habrá llamada pero encontraré la manera de comunicártelo.
Me imagino que ya lo sabrás, porque tú lo sabías todo, Jose Iragorri te dedicó la retrasmisión del Getafe-Athletic del lunes. Cuando me enteré sonreí, que de eso sabes que no me falta.
Nuestro Basauri, aita. No hace falta que te diga lo enamorada que estoy de nuestro pueblo. Eso también me lo has enseñado tú. Cuántas conversaciones hemos tenido sobre tus ideas para mejorar Basauri, sobre el parking provisional de Pozokoetxe, sobre en Social Antzokia, sobre la limpieza del río, sobre Kantalazarra, sobre las obras, sobre el Indartsu y el Basconia, sobre El Social, sobre los sanfaustos, sobre sus gentes, sobre su vida nocturna, sobre el metro. Cuando estabas en el hospital quería contarte pero me pedías que no lo hiciera, que te emocionabas. Ahora seguro que no te importa así que lo haré poco a poco.
Yo te contaba mis experiencias con la Coral y sé que te gustaba oírme porque enseguida me proponías algo como el proyecto del último BAT (Basauriko Ahots Musika Topaketak). Surgió durante una cena de entre semana, nos emocionamos y en diez minutos teníamos un borrador del proyecto. La pena es que no pudiste venir a ver el espectáculo.
Ahora estoy cogiendo fuerzas para afrontar nuevos retos, como sacarme el titulín para llevar a ama de paseo por la ría de Urdaibai (antes tengo que reunir el valor suficiente para pisar Busturia) y, aunque parezca mentira, coger el metro en Ariz. Sabes que no lo he estrenado todavía porque quería hacerlo contigo. Ahora cogeré fuerzas, pensaré en ti, seré valiente como tu y cruzaré el fosterito con el mismo optimismo y la misma sonrisa que lo harías tu.
La vida, entre muchas otras cosas, son retos que superamos y otros que no lo hacemos pero que nos ayudan a aprender y a ser mejores personas. Seguro que puedes con el titulin Eneriz.
ResponderEliminarPor una vez y sin que sirva de precedente, creo que nunca lo hubiese dicho mejor que Igor. Konturatu orduko Urdaibaiko olatu txikietan zehar ibiliko zara!
ResponderEliminar